En los evaporadores de circulación forzada («forced circulation evaporators») el producto se recircula mediante una bomba de gran caudal de líquido a través de los tubos asegurando un contacto efectivo con la superficie de calentamiento y una velocidad controlada del producto a concentrar.
El evaporador de circulación forzada cuenta con un intercambiador de calor por el que circula el producto pero no es concentrado hasta que alcanza una cámara flash al final del equipo, en la que la disminución de la presión por el vacío que hay en la misma.
En estos evaporadores se alcanzan altos coeficientes de transferencia con productos problemáticos reduciendo el ensuciamiento y prolongando el período de operación del equipo sin efectuarse una limpieza. Debido a que el producto es recirculado mediante bombas, un evaporador de este tipo puede operar con producciones muy inferiores a las de diseño sin producirse incrustaciones por secado excesivo de producto.
Otra ventaja de estos equipos es que los cuerpos evaporadores pueden ser colocados en sentido vertical u horizontal, ya que el líquido circula por acción de las bombas y no por gravedad o por termosifón como en los evaporadores falling film y rising film.
Como contrapartida, los evaporadores de circulación forzada tienen un mayor consumo eléctrico debido a las bombas de alto caudal y un mayor tiempo de residencia que en el de película descendente.
Los productos para los que se utiliza este tipo de concentradores son generalmente aquellos en que se presenta la precipitación del producto, ya sean cristales u otra forma de sólidos. Suelen utilizarse en combinación con otros tipos de evaporadores (rising film o falling film), conformando un sistema de evaporación mixto en el que se utilizan los evaporadores de circulación forzada en las etapas de mayor concentración donde el fluido es muy viscoso, para aumentar los coeficientes de transferencia térmica y disminuir el tamaño del equipo.