Los secadores son equipos utilizados para obtener productos con muy baja humedad. La alimentación puede ser un líquido concentrado o un sólido con alto contenido de humedad, pero la salida será siempre un sólido seco con un porcentaje de humedad final que dependerá de cada producto, pero que normalmente suele ser inferior al 10 %, llegando hasta menos del 1%.
La diversidad de secadores es muy amplia, y será necesario determinar qué tipo de equipo es adecuado para cada producto a procesar. Como ejemplos se pueden citar los secadores spray y flash en todas sus variantes, secadores rotativos, de haz de tubos, lecho fluido vibrado, a cintas, secador tipo túnel de bandejas.
Los secadores pueden ser de tipo directo o indirecto, según el medio calefactor entre en contacto con el producto o no. En este sentido, el secador de haz de tubos es de tipo indirecto ya que el vapor calefactor circula por los tubos y estos son los que están en contacto con el producto, de manera que el medio calefactor nunca entra en contacto con él.
Sin embargo, la mayoría de los secadores son del tipo directo, utilizando aire como medio calefactor y receptor del agua evaporada en el proceso. En este sentido, el sistema de calentamiento del aire puede ser también directo o indirecto según se mezclen o no los gases de combustión con el aire de secado. En ciertas industrias es muy común el uso de generadores de aire caliente de tipo indirecto, como es el caso de la industria láctea, que utiliza secadores spray y de lecho fluido vibrado.
En algunos productos como la fibra resultante de la molienda húmeda de maíz, se debe mezclar el producto que sale del secador con la alimentación, a fin de acondicionar al mismo para que entre con los caudales y humedad óptimos para el correcto funcionamiento del equipo. Este proceso se denomina reciclo o recirculación del producto y se deben utilizar mezcladores especialmente diseñados para cada producto para homogeneizar correctamente la mezcla.
En algunos casos el producto original debe concentrarse previamente en un evaporador antes de ser enviado al secador. Esto se debe a que la concentración se realiza mediante el uso de vapor, que es térmicamente mucho más rendidor que el aire como medio calefactor. Además, la posibilidad de utilizar un concentrador de múltiples efectos colabora aún más en con el ahorro energético. Aparte de esto, si el producto entrara con su concentración original al secador probablemente el equipo debería ser muy grande ya que debería evaporar una mayor cantidad de agua, haciendo la inversión más costosa.